No se equivoquen, esta revista no pretende hacer apología a la vulgaridad
Hubiéramos querido tener en este análisis a doña Pilar Castaño, a Nina García, Alex Zielcke, Haider Ackermann, Johanna Ortiz, Franklin Ramos, Juan Carlos Giraldo o cualquier otro experto en moda y estilo de vida, pero la verdad lo que muestran las ilustraciones, no es moda y tampoco un estilo.
Ver a una mujer vestida de esta manera, incita a la violencia sexual, al irrespeto, al bullyn, al rechazo social y hasta al destierro familiar. Con estos atuendos se creería que están disfrazadas, van para un carnaval o quieren llamar la atención para vender algo, pero también se podría decir y más en estos tiempos que, es pate del desarrollo de
la personalidad de quienes suelen vestirse de esta manera.
Aunque Colombia no tiene las cuatro estaciones como otros países, siempre se ha dicho que entrando agosto llega el verano a Colombia, es ahí donde comienzan a aparecer eventos de moda con prendas ‘raras’, materiales desconocidos, usados por hombres o mujeres que lo que persiguen es llamar la atención, salir por los medios e incrementar el número de sus seguidores en las redes sociales.
Esta moda si incomoda. Causa resequedad en los ojos, torticolis, crea toda de clase de pensamientos y sentimientos y hasta hace pecar al más puritano o puritana, es por esto que queremos aconsejarles que si van por la calle o en un evento se encuentran a una persona vestida estrafalariamente, parpadee varias veces seguidas, voltea rápidamente a mirar para otro lado, ponga la mente en blanco, piense en sus seres queridos para que no peque y acelere el paso, puede estar experimentando la invasión de seres extraterrestres.
Pero como estamos en un país libre, ignoremos a esas personas, no las volvamos famosas enfocándolas con el celular, las fotos son mejores para la naturaleza, las mascotas, momentos de alegría, recuerdos importantes y una que otra selfie para un #tbt más adelante. 